sábado, 11 de abril de 2009

CONTROLANDO EL ESTRES

RESPIRE PROFUNDO Y ENFRENTESE AL ESTRES DE ESTA CRISIS. Le tengo el remedio
Sería tonto decir que estos vientos de crisis, de desempleo y de desazón pasan por encima de la gente sin tocarla. Mentiras: eso produce tensiones y la gente puede sentirse en un callejón sin salida.
Aunque el problema se arregla con platica, permítanme darles (gratis, eso sí) unos consejitos para mermarle al estrés que todo esto produce.
Lejitos. Aunque el palo no está para cucharas, aproveche que esta es una semana relativamente calmada y aléjese en serio de las rutinas. Ojo: no se lleve con usted los problemas.
Positivo. Haga afirmaciones simples, evite lo negativo. Frases como 'vamos a salir de esto', 'soy capaz', 'los problemas son pasajeros' ayudan a disminuir los reflejos que aceleran el corazón y ponen las manos frías. Eso sí, procure que las frases sean realistas.
Respire. Hacerlo profundamente hace que el cuerpo se convenza de que las tensiones han disminuido. Eso reduce la frecuencia cardiaca y hace que se sienta más tranquilo. Cuando inhale lleve primero el aire al abdomen e ínflelo, sosténgalo unos segundos; luego páselo al pecho y expúlselo despacio por la boca. Hágalo por cinco minutos, cuando sienta que está a punto de estallar.
Ejercicio. No se entiese, haga actividad física. Lleve su corazón a un promedio de 130 pulsaciones por minuto, caminando, nadando, montando en bicicleta, por media hora, tres veces a la semana. Eso lo relajará. La rutina produce unas sustancias amigables (las endorfinas), que lo hará sentir mejor.
Desahóguese. Apóyese en los suyos, grite, llore, hable, deje salir sus emociones. Estas explosiones son humanas. Procure no molestar a nadie.
Abra la boca. El estrés hace que las personas aprieten la mandíbula y otros músculos de la cara, así que abra la boca y mueva la quijada. Aunque no lo crea, eso lo relaja y lo deja más tranquilo.
Descanse. Aproveche estos días para dormir bien, ordenar su mente y darles prioridad a las cosas de su vida. Deshágase de los problemas que no son suyos. Piense en usted y en los suyos primero. Por último. No se desespere, rodéese de gente positiva, ríase cuando pueda, no tome pastillas que no sean recetadas por el médico, y si siente que se está ahogando, antes de descargarse con los demás, busque ayuda.